Todo aquel que ha tenido un compañero canino conoce enfermedades como el moquillo, la parvovirosis o la tos de las perreras. Hay otras enfermedades que debes conocer ya que hay una gran incidencia de ellas en toda la zona mediterránea y son graves, en mayor o menos medida, para nuestro amigo canino.
Quizá la más conocida sea la LEISHMANIOSIS CANINA. Es una enfermedad grave y a veces mortal. Afortunadamente diagnosticada a tiempo y con un tratamiento prescrito por nuestro veterinario es posible controlar la enfermedad de forma que nuestro perro tenga una buena calidad de vida comparable a la de un perro totalmente sano.
Un mosquito del género Phlebotomus transmite un pequeño parásito unicelular del género Leishmania. El mosquito pica a un perro infectado, succiona los parásitos, y al picar a un perro sano, se los transmite.
Esta enfermedad afecta a una gran cantidad de órganos por lo que pueden aparecer muchos y diversos síntomas en nuestro perro:
– Alteraciones en la piel: alopecia, pelo quebradizo, seco, con descamación, pústulas y ulceraciones alrededor de la cara, los ojos, las orejas y las axilas. Nariz seca, uñas anormalmente largas.
– Caquexia (extrema delgadez a pesar de comer con normalidad), anorexia, apatía.
– Dolores musculares,cojera, fiebre.
– Lesiones oculares,…
Si sospechamos que nuestro perro ha podido contraer la enfermedad debemos acudir inmediatamente a nuestro veterinario de confianza. Él podrá resolver todas nuestras dudas y hacerle un test con una pequeña muestra de sangre para descartar, o no , nuestros temores.
Si nuestro amigo peludo es positivo a la enfermedad habrá que realizar otro análisis para comprobar su estado de salud general y averiguar hasta qué punto están afectados sus órganos internos. Según este estado el veterinario nos pautará el tratamiento que estime más oportuno.
Si por desgracia la enfermedad está muy avanzada (en cuyo caso el pronóstico se agrava) van a verse afectados órganos internos como el hígado o los riñones y si la insuficiencia renal es grave, nuestro compañero tiene pocas posibilidades de supervivencia.
Como siempre, lo mejor es la prevención: al ser el vector de la enfermedad un mosquito, debemos tener especialmente cuidado en los meses de calor (sobre todo al amanecer y al anochecer) y en las zonas en la que hay agua acumulada (ríos, acequias) que es donde los mosquitos se reproducen. Existen en el mercado varias marcas de pipetas y algunos collares que son eficaces repelentes de estos mosquitos pero hay que estar siempre alerta y utilizarlos siempre siguiendo a rajatabla las instrucciones del fabricante. Existe la opción también de una vacuna que se ha empezado a comercializar hace relativamente poco tiempo. Como siempre, será nuestro veterinario el que podrá asesorarnos sobre las diferentes opciones.